Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


27 de diciembre de 2008

Alteraciones de la expresión emocional

Hay personas que han tenido un accidente vascular en una amplia región de la corteza motora izquierda (por ejemplo), que controla la expresión facial de la cara derecha, y que son incapaces de contraer la comisura derecha del labio pero sí pueden retraer las comisuras izquierda y derecha en situaciones tan especiales como un ataque de risa. Dicho de otra forma, a la persona se le nota la risa fingida, pero nadie detecta sus problemas neurales cuando se ríe porque le hace gracia una situación determinada, es decir, expresa su risa como la mayor parte de la gente. Esta circunstancia tiene una explicación. Veamos.
Con esta lesión cerebral, cuando deseamos mover la comisura labial derecha debemos poner en funcionamiento la corteza motora izquierda, pero no podemos porque no funciona; sin embargo, la activación emocional de la cara no requiere de la corteza cerebral, sino de sistemas subcorticales. Esta alteración se denomina paresia facial volitiva.
Además, hay otro problema que se llama paresia facial emocional que puede estar originada por una lesión en alguna zona subcortical, el tálamo por ejemplo; permite un correcto movimiento de los músculos de la cara porque la corteza motora facial es normal pero, por el contrario, las personas con este problema no son capaces de manifestar emociones por el lado afectado.
Esto puede corroborarse en los pacientes que padecen la enfermedad de Parkinson. Esta alteración neurológica es debida a una degeneración de la sustancia negra —cuyas neuronas utilizan dopamina como neurotransmisor—, que es una zona del cerebro que contacta con el cuerpo estriado de los ganglios basales. La cara de estos enfermos es bastante inexpresiva, carecen de la expresión emocional espontánea y, sin embargo, pueden mover sus músculos faciales voluntariamente.