Mientras nuestro cerebro sea un arcano, el Universo, reflejo de su estructura, será también un misterio
(Santiago Ramón y Cajal)


1 de febrero de 2011

La línea lateral

En el caso de los peces, además de receptores típicos que podemos reconocer en la mayor parte de los vertebrados, hay otros que, en número muy abundante, se localizan alineados longitudinalmente sobre los flancos del animal, desde la cabeza a la cola, que constituyen el llamado sistema de la línea lateral, también denominado órgano de la línea lateral.
Este órgano es el encargado de la percepción de los movimientos de las aguas y, por tanto, responsable de la orientación de los desplazamientos del animal. Generalmente, la estructura discurre por la parte media de cada uno de los lados del cuerpo y marca una línea (de ahí su nombre) perfectamente visible, única y continua hasta la base de la aleta caudal; excepcionalmente pueden observarse varias cuando no acaba antes de la cola.
El órgano de la línea lateral lo presentan los vertebrados acuáticos, desde los peces más primitivos como la lamprea hasta las larvas de los anfibios y está formado por unos canales de luz estrecha, principalmente longitudinales y rellenos de una sustancia más o menos gelatinosa. En algún pez, en lugar de tubos hay simples surcos cutáneos.
La disposición de los elementos del mismo recuerda al sistema coclear, es decir, al caracol auditivo del resto de los vertebrados. En efecto, la línea lateral está formada por un conjunto de células receptoras provistas de cilios, los neuromastos. Cada neuromasto está constituido por varias células ciliadas sumergidas en un medio gelatinoso que tiene forma de cuña y que se denomina cúpula. Esto supone que los canales discurren superficialmente por la epidermis del animal y conectan con el exterior, de trecho en trecho, por medio de las cúpulas que atraviesan las escamas, hasta ponerse en contacto con el agua.
La importancia de esta disposición radica en que las cúpulas sobresalen tanto que se doblan como respuesta a cualquier cambio mecánico en el agua.  Por tanto, el órgano de la línea lateral informa al pez de la localización de los obstáculos, ya que le permite valorar el efecto que produce sobre la superficie de su cuerpo las ondas que generan otros animales al desplazarse y también le posibilita percibir los reflejos de objetos fijos cuando se mueve el propio animal.
Es evidente que la línea lateral debe mandar la información al sistema nervioso central con el fin de que el animal elabore la respuesta adecuada y reaccione ante lo que sucede en el agua. Por ello, en la cabeza, la línea lateral está inervada por varias ramas del nervio facial y en el tronco hace lo propio el nervio vago y una rama del glosofaríngeo. Además, la línea lateral comunica con los laberintos del oído interno, encargados de la orientación y del equilibrio.
Por último, hay que decir que los sentidos de la audición y del equilibrio en los vertebrados terrestres no son más que modificaciones del órgano de la línea lateral de los peces.